Experiencias posteriores al FDS

Experiencias posteriores al FDS

Las jornadas del diálogo

El propósito es que los matrimonios y sacerdotes cambien su percepción y actitud acerca del diálogo y que se enamoren de él.

Que al lograr hacerlo diariamente, estaremos viviendo el carisma del Movimiento.

circulo

Círculo de amor

Desarrollar la confianza y unidad entre los matrimonios que pertenecemos al Encuentro Matrimonial Mundial.
apoyo

Formación para acompañantes de talleres de postencuentro

Preparar, actualizar y enriquecer a matrimonios para que realicen el acompañamiento de talleres que nos proporciona el Encuentro Matrimonial Mundial México.

Profundizando en nuestra relación

Proporcionar elementos que nos ayuden a profundizar en nuestra relación con los demás a través de enriquecer nuestros diálogos con una comunicación consciente y compasiva al estilo de Jesús.

Jesús nos invita a amar

Tiene como propósito profundizar aún más en nuestro yo interno llevándonos a tener un encuentro profundo con Jesús, despertando en nosotros el deseo de servir a nuestros hermanos, sobre todo a los más necesitados.

Para sacerdotes, religiosos y religiosas

Para sacerdotes, religiosos y religiosas

Así como los matrimonios se entregan la vida mutuamente, el sacerdote y los religiosos y religiosas comparten su vida a servicio de la iglesia, encontrando obstáculos en su propio camino. El sacerdote también vive en relación con su familia, sus amigos, su parroquia o comunidad. Esta relación puede hacer visible el amor de Dios.

El Fin de Semana de Encuentro Matrimonial Mundial también es una experiencia para sacerdotes, religiosos y religiosas, brindándoles la oportunidad de enriquecer su vida sacramentada a raíz de profundizar en sus necesidades y sentimientos y de crecer en en el amor a su Iglesia, dando aún más gozo a su servicio y a sus relaciones con los demás.

En Encuentro Matrimonial Mundial, los matrimonios, sacerdotes, religiosos y religiosas caminan juntos, comparten, se enriquecen y aprenden unos de otros.Tanto si fue ordenado recientemente o bien si ha ejercido su sacerdocio o vida religiosa por décadas, esta experiencia es para ti, amigo sacerdote o religioso.

Los invitamos a revivir la chispa del día de su ordenación y volver a vivir su ministerio cada día con amor.

mision

Gente como de otro mundo

Para la gran mayoría de nosotros, entrar a nuestro fin de semana fue, entre otras muchas cosas, el descubrimiento de un mundo diferente.  Desde la manera como nos recibieron el viernes, luego el equipo que compartió su vida, y las parejas que vimos después …, todo parecía como de otro mundo.  

Nos parecieron locos, soñando con un tal “mundo nuevo” y convencidos de que era posible luchar por conseguirlo.

Seguimos en el camino de este mundo diferente y la primera vez que fuimos hospedados en la casa  de  una pareja que  no nos  conocía, nos  quedamos  sin podernos explicar cómo y por qué  nos   estaban  dando  su  confianza, su  cariño  y  su única recámara.   

¿En dónde dormirían ellos y sus 2 hijos?

Vimos también sacerdotes que no predicaban, ni daban consejos, sino que compartían acerca de sí mismos, de sus miedos, de sus preocupaciones, de sus ilusiones.   

Sacerdotes que nos retaban para que viviéramos intensamente nuestro diálogo y nuestra vida sexual como pareja Sacramentada. 

¡Qué mundo era este!

Vimos parejas que no reparaban en esfuerzos, horas de trabajo, vacaciones invertidas en su servicio, sin importar no solo que esto les ocasionara gastos, sino que también les implicara  perder oportunidades de  tener mejores ingresos.

Vimos hombres “machos” convertirse en esposos respetuosos y tiernos.  

Vimos mujeres salir de la nada para convertirse en verdaderas personas, positivas, capaces de renunciar a su acostumbrada manipulación.

Vimos sacerdotes que hicieron cambios importantes en su manera de tratar a la gente de su parroquia, estando más cerca de ellos, tomando más  en cuenta la opinión de  quienes colaboraban  con  él,  dar todo su valor e importancia  al trabajo  de las  Religiosas.

Eso y muchas cosas más nos iban maravillando y haciendo desear no salirnos nunca de ese mundo nuevo para caminar con ellos y soñar con ellos. Sin embargo, si permanecemos cerca de estas parejas y sacerdotes, poco a poco como que empezamos a acostumbrarnos y a ver como normal todo eso que nos maravilló al principio.

¡Es una lástima!   

Porque si perdemos esa capacidad de admirarnos, perdemos también la capacidad de seguir experimentando esa urgencia por mantenernos en la lucha por nuestra relación en primer lugar, para que cosas así hagan realmente un cambio en este mundo. 

 Si dejamos de admirarnos, tal vez también dejemos de lado el compromiso que teníamos con ese sueño de cambiar al mundo.

Por eso, con los ojos bien abiertos, apreciamos el cariño de las parejas y de sus hijos cuando nos dejan un detalle elaborado por sus propias    manos para adornar nuestras mesas en alguna junta de trabajo o en alguna experiencia de renovación.

Con los ojos bien abiertos nos sorprendemos, cada vez que vemos a   parejas cocinando y sirviendo la mesa en un fin de   semana para   abaratar los costos.

Con los ojos bien abiertos nos maravillamos y descubrimos la grandeza de nuestros líderes cuando escuchan, cuando son sensibles a  la  gente, cuando se alegran sinceramente y hasta se enorgullecen en público y en privado   por los logros de otros en lugar de querer lucir ellos. 

En Encuentro Matrimonial contamos con líderes así, lo acabamos de constatar.

Por ello, no nos queda más que decir:

Gracias Señor, por esos líderes. 

Gracias Señor, por esas parejas y sacerdotes cuya labor muchas veces no parece notarse.

Gracias Señor, por muchas otras cosas más que hemos visto, pero que no hay   espacio para mencionar   aquí y también por lo que no hemos visto pero que sabemos está ahí.

Gracias Señor, porque con todo esto, constatamos que es real el cambio del mundo y así, recobramos la esperanza y renovamos nuestro empeño de seguir adelante con ellos.

Fernando y Tere Kohrs

escribir

Nuestros hijos nos escriben

Ma y Pa:

Hoy ha sido un día muy grande. Este día para mí no sólo fue aprender a compartir sino a dar todo lo que pueda dentro de mí. Mi corazón estuvo vacío por mucho tiempo hasta que pude comunicarme con ustedes.

Ahora yo he visto que la comunicación es sumamente importante y por esto me gustaría agradecerles el haberme traído y el darnos permiso de venir. Yo creo que el permiso no fue difícil de pedir ya que ustedes nos han enseñado que en Encuentro todo es amor y paz. También pienso que cuando ustedes se atrevieron a entrar a encuentros, digo esto porque ya sé que tenían miedo, me dio mucho gusto ya que tenía una sospecha de que lo que aprenderían no sólo iba a ser para ustedes sino para nosotros también.

Por un tiempo a nosotros nos olvidaron todos los grandes, esto me dio a entender que lo que querían los de encuentros era llevarlos lejos de mí. Siento después de esto,  que Io que llegué a pensar no era cierto. Les pido perdón por lo mal que llegué a pensar de ustedes, pero esto es más que la verdad. Después de que Norma y Lina vinieron a la casa, me dio una gran alegría el ver que Pepe y Chave vieran que necesitábamos a alguien de nuestra edad en nuestra casa, ya que siempre nos tocan a los Obispos, y gente grande. Para mí esto hizo cambiar un poco mi opinión de lo de antes pero no totalmente.

Después de esta convivencia aprendí y me di cuenta que los hijos de encontrados son los que más importan para todo. Les doy todas las gracias que tengo dentro de mi corazón, por todo lo que nos han dado, especialmente a mí, por todo lo que no necesito. Lo único que necesito es su amor.

Su amor es lo más importante para mí. Otra vez gracias por todo lo que me han dado, como el amor y perdón; por lo que no les he dado las gracias y no he aceptado ni compartido con ustedes. Para mí esto ha sido algo inexplicable.

Los amo con todo mi corazón, Maggie los ama.

Me llamo Adriana Margarita Rodríguez y me dicen Maggie. Tengo 14 años. Soy hija de Edgar y Uge Rodríguez.

cambiar

Resucitar es tratar de cambiar cada día un poquito

Creemos conveniente reflexionar al comenzar este 1980, sobre lo que nos ha tocado vivir el año pasado, y fijar metas para el futuro. Al fin y al cabo, somos un “pueblo peregrino” que necesita trazarse una ruta para no desviarse de su “camino”, o, al menos, desviarse lo mínimo, estando conscientes de que, si hay desviaciones, siempre podremos encarrilarnos nuevamente, basta que lo queramos.

A nivel pareja; ¿hemos revisado frecuentemente nuestras actitudes de casados—solteros, nuestras máscaras, nuestra apertura a nuestro cónyuge, escuchándolo y confiándole sentimientos difíciles? ¿Hemos revaluado cómo afecta nuestra relación, cada uno de estos conceptos claves del FDS? ¿Estamos decididos a renovar nuestra relación, intentando un cambio en algunas de nuestras actitudes que la afectan? ¿Hemos hecho nuestro 10/10 diariamente? ¿Estamos convencidos de que el diálogo nos ayuda a crecer en nuestra relación? y ¿lo hacemos para estar más cerca el uno del otro o sólo por compromiso, “para que los demás vean que dialogamos”, no por nosotros?

 ¿Hemos dialogado sobre áreas difíciles últimamente? ¿Qué más podemos hacer para renovarnos como pareja, y dejar que nuestra “Frescura Pascual” , renueve a otros?

 A nivel Iglesia o Comunidad: El año 79 pasaron muchas cosas fuertes que nos deben mover bastante:

En enero nos visitó Su Santidad, Juan Pablo ll, dejándonos un testimonio de amor y entrega increíbles. ¿Sirvió su estadía entre nosotros para revisar dónde estamos como pareja, como católicos, como apóstoles de nuestro Sacramento?

La III Celam (1) . . ., la convivencia con los Sres. Obispos. ¿Nos comprometieron más para profundizar en nuestra Fe y dar testimonio de ella “para que los demás creyeran”?

El FDS llegó a Mexicali, Hermosillo, Ciudad Guzmán y Tegucigalpa, en la hermana República de Honduras. . . ¿Estamos conscientes del poder que tenemos como pareja, para ayudar a cambiar el mundo y hacemos uso de él frecuentemente? ¿Nos involucramos en los pasos que da nuestro movimiento de Encuentros Matrimoniales, para fortalecer a nuestra Iglesia, al luchar para que más y más parejas, en el mundo estén conscientes de la riqueza de su Sacramento, y vivan una vida mejor? ¿Vemos a nuestro movimiento de Encuentros Matrimoniales como Signo de la presencia del Espíritu del Señor entre nosotros, y creemos que es un instrumento necesario para los tiempos que vivimos, o sólo recordamos el FDS como una experiencia bonita de nuestra vida de casados?

“Cristo, nuestra Pascua, ha resucitado, “¡aleluya!”, nos dice la liturgia de este tiempo, y nos dice más todavía: “Celebremos, pues, la Pascua. Estas frases nos mueven a reflexionar mucho sobre nuestra docilidad para resucitar con el Señor en nuestra vida diaria. . ., porque si estamos convencidos de que en un FDS resucitamos, y se nos dan armas para poder hacerlo diariamente. Basta que sepamos y queramos morir a todas nuestras actitudes que impiden estar en relación con nuestro cónyuge o con nuestra Iglesia. . .Conscientes de esa renovación y de esa resurrección que trae el FDS, hemos seguido luchando por expandirnos y nos da una emoción inmensa comunicarles que, en esta Pascua de 1980, el Encuentro Matrimonial ha llegado a la ciudad de Monterrey, para que muchos regiomontanos sepan Resucitar en el Señor a la belleza de su Sacramento.

Además, se han empezado nuevos programas de Grupos Activos, un miembro muy activo (valga la redundancia) dentro de nuestra familia de Encuentros. Se han dado, en plan piloto, algunos encuentros familiares, y, los que han tenido la gracia de vivirlos, sienten resucitada y renovada a su Iglesia Doméstica.

También los Encuentros para Novios están apretando el paso, y nos llena de satisfacción imaginarnos lo padre que será la relación conyugal de esas parejas ¡Cuánto camino llevan ganado!

En enero fue en Guadalajara la reunión internacional de nuestra familia encontrada. El amor y la unidad, por los que luchamos todos cada día, se vio testimoniada allí, amén del mutuo enriquecimiento del que disfrutaron los de fuera y los de casa.

Como ven, este 80 está recogiendo los frutos de la pródiga siembra del 79. Pedimos sus oraciones para que nuestra Iglesia pueda seguirse vivificando con nuestros propios triunfos en la lucha diaria, por ser mejores parejas, mejores familias, mejores sacerdotes y religiosos.

Que la alegría de Jesús Resucitado, nos mueva cada día a querer cambiar un poquito, para así poder cambiar el mundo. 

¡Felices Pascuas a todos!

(1) III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano